sábado, 19 de octubre de 2013

CRITICA DE ELIZABETH MAC DONNELL

CRITICA DE ELIZABETH MAC DONNELL SOBRE MUESTRA REALIZADA EN ESCUELA DE SANIDAD PROVINCIAL Presencia agresiva e inquietante transmiten las piezas de De Leo. No hay debilidad en la construcción de estos ¿tótems? De madera negra que recuerdan un mundo americano no muy remoto. Parte de un poliedro (prisma) al que trabaja abruptamente con cortes regulares e irregulares, inspirados en las guardas de los tejidos incaicos. Escoplo, formón, moto sierra y escofina son sus herramientas habituales. El conjunto de estas esculturas guardan un estilo que se fue conformando mediante el ejercicio de la constancia y la búsqueda de un ideal que confluyen en la síntesis del pasado y el presente. ELIZATETH MAC DONNEL

JOSE LUIS DE LEO Y SUS CUASI FRACTALES

Por WALTER P. DI SANTO Prof. Titular Estética de la Facultad de Bellas Artes. UNLP El reconocido y premiado escultor José Luis De Leo abre sus obras al espacio y a nuestras miradas, permitiéndonos entrar en la materia que ha desbastado. Hace unas décadas innovo en la técnica escultórica y genero un quiebre en la construcción de obras en madera, incluyo el uso de la moto sierra para generar texturas y profundidades diversas, produciendo piezas únicas que demarcan su firma, las vemos e inmediatamente reconocemos un DE LEO. Tensiones y espacios son dominados por el artista, construyendo los ritmos complejos, a veces son relativos a las vetas de las madera, en otras ocasiones son transversales o paralelos a sus incisiones. Marcando cuñas no caprichosas ni azarosas, sino meditadas previamente en la composición de bocetos, donde realiza direcciones, tensiones y volúmenes llenos y vacios, invitándonos a recorrer una geografía de quiebres rítmicos que construyen una perfecta armonía, que nos remiten a las formas primigenias de nuestras etnias precolombinas, recordando a las pircas, que las verticaliza, los arpones y guardas del noreste son resinificados en las esculturas. Esta muestra en la que trabajo sobre cuasi fractales nos hace recordar que apreciamos objetos geométricos cuya estructura básica, fragmentada o irregular, se permite a diferentes escalas. Así José Luis provoca graduaciones sucesivas de fracturas de teselaciones hiperbólicas que consiguen una mayor expresividad, recubriendo espacios, dividiéndolos a través de elementos geométricos del espacio euclídeo y del espacio elíptico. Sin embargo, y debido a las especiales propiedades de las rectas, en el plano hiperbólico existen infinitas posibles teselas, denominamos cuasi-regulares a las teselaciones que están formadas a partir de dos tipos de polígonos regulares diferentes, de forma que en cada vértice se encuentran al menos una de cada tipo. Y así construye figuras que visualmente poseen un movimiento que invita a la vista a seguir el ritmo propuesto por las hendiduras que hacen fluir los contrastes lumínicos y generan a su vez otras propuestas espaciales, por tanto la riqueza de la obra producida es asombrosamente fascinante y siempre nos posibilita encontrar lecturas y armonías nuevas. Siguiendo la teoría de la buena curva o del destino común, el artista genera la obra descomponiendo el tronco y nuestra visión lo recompone siguiendo la teoría Gestalt, con los tres elementos, incisiones, aristas y planos que caracterizan su hacer. En esta serie de obras verticales y horizontales son denominadas por fracturas que provocan cavernas internas donde la luz vincula los espacios, que permiten el paso de nuestra mirada a otros planos. En ellas encontramos construcciones perfectamente estructuradas que demarcan su maestría.